El Ministerio de Sanidad ha puntualizado que las afirmaciones del estudio de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) Barreras del acceso dal paciente de los fármacos oncológicos son “poco rigurosas, al no estar contrastadas con datos” y ha negado que la Ley del Medicamento sea más restrictiva por un motivo económico, como señala el estudio.
“La inclusión de un medicamento en el Sistema Nacional de Salud (SNS) permite que los médicos de todas las comunidades autónomas puedan prescribirlo a sus pacientes cuando lo consideren necesario. La prestación farmacéutica es un instrumento de cohesión territorial”, dice Sanidad.
La SEOM avanzó los resultados de un estudio sobre la equidad en el tratamiento con fármacos oncológicos en el que Castilla-La Mancha, Canarias y Andalucía mostraban un peor acceso a los nuevos tratamientos innovadores (ver más abajo).
Según ha explicado Sanidad, el Sistema Nacional de Salud (SNS) financia todos los nuevos medicamentos oncológicos autorizados por la Agencia Europea del Medicamento (EMEA). Como ejemplos de la facilidad en la financiación de medicamentos oncológicos, dice que todos los productos contra el cáncer aprobados por la EMEA han sido incorporados a la financiación pública. Según la citada ley, para la inclusión de medicamentos en la financiación del SNS “se tiene en cuenta, entre otros factores, el grado de innovación del medicamento”.
Proceso de autorización
En cuanto a las posibles trabas burocráticas que pudieran retrasar la aprobación de estos medicamentos, el ministerio señala que los productos oncológicos se aprueban por un procedimiento centralizado, que se basa en la evaluación del Comité de Medicamentos de Uso Humano (formado por representantes de los Estados miembros de la UE) de la Agencia Europea del Medicamento (EMEA). Tras su opinión positiva, la Agencia la trasmite a la Comisión Europea, que lo remite a los Estados. “Por lo tanto, no cabe retraso alguno en la evaluación”, subraya.
El promedio de tiempo desde que se inician los expedientes para decidir sobre la financiación de estos productos hasta su resolución “ha mejorado sensiblemente en los dos últimos años”, pasando de 119 días en 2005 a 70 en la actualidad.
Un año para un fármaco
Por contra, Alfredo Carrato, presidente de la SEOM, ha señalado que “desde que un fármaco se aprueba en la EMEA hasta que un médico puede prescribirlo tiene que pasar por varios filtros”. Como ejemplo, señala que en junio de 2005 se demostró la eficacia del herceptín para evitar las recaidas en las mujeres que habían tenido un cáncer de mama. “Desde que España autorizó el fármaco y las consejerías dieron el visto bueno y luego pasaron por los filtros de las gerencias de hospitales, no se pudo prescribir por primera vez hasta septiembre de 2006. Que le digan a esas mujeres si un año no es importante”, afirma Carrato.
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El informe de la SEOM sobre barreras de acceso a fármacos oncológicos denuncia la “falta de equidad” entre las autonomías para innovar con fármacos antineoplásicos. Según los datos, Andalucía, Castilla-La Mancha y Canarias tienen un menor acceso a nuevos tratamientos.
Canarias, Andalucía y Castilla-La Mancha son las regiones con menor acceso a fármacos oncológicos innovadores, según explicó ayer Alfredo Carrato, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), durante la presentación del informe Barreras del Acceso al Paciente de los Fármacos Oncológicos, donde denunció la “creciente falta de equidad entre las comunidades autónomas”.
Madrid, Barcelona y Valencia se situarían por encima de la media nacional, que Carrato no quiso desgranar “por una cuestión de respeto y caballerosidad”, pero basada en el borrador del informe que elabora el Instituto Karoliska sobre la prescripción y el consumo de fármacos oncológicos innovadores en España, y que denota cómo en algunas comunidades se consumen estos fármacos “cuatro veces menos que en otras”.
El trabajo de Karolinska desvela también que España, que en 2005 ocupaba el tercer lugar en cuanto a innovaciones contra el cáncer, ha descendido posiciones. “No sabemos dónde nos encontramos exactamente, pero ya no tenemos un puesto de privilegio”, apuntó Carrato. España ha sido superada por regiones como Francia, que cuenta con un presupuesto específico para tratamientos.
Carrato relacionó esta caída con las barreras de acceso con las que se encuentran los pacientes oncológicos. “No todas las autonomías navegan a la misma velocidad. Tenemos 17 realidades diferentes en las que puede haber diferencias significativas en la asignación y priorización de los recursos disponibles”.
En cuanto a los impedimentos económicos, el presidente de la SEOM añadió que “el coste de terapias oncológicas en España representa sólo un 3,5 por ciento del total del gasto farmacéutico en nuestro país. La aparición de nuevos agentes terapéuticos y el aumento de pacientes hacen que sea difícil ajustarse a un presupuesto de gasto oncológico”.
En cuanto a los obstáculos científico-técnicos, el informe destaca la falta de concreción sobre los ensayos clínicos en algunos hospitales, donde se dificulta la utilización de fármacos que posteriormente han demostrado ser beneficiosos para los pacientes.
Desigualdades
Cabe recordar que Miguel Ángel Ripoll, coordinador del informe anual del Registro de Incidencia y Mortalidad en Pacientes con Cáncer (Rimcan), ya denunció ciertas desigualdades e incluso habló de un “recurrente amiguismo en la tramitación del diagnóstico de cáncer”.
Ante las críticas de algunos ponentes presentes durante la presentación sobre la ambigüedad del trabajo y la falta de especificidad, Carrato argumentó que este informe “es una aproximación inicial que se complementará con datos más concretos aportados por el estudio Karoliska. Es una simple llamada de atención para pelear contra la inequidad”.
Por su parte, Albert Jovell, presidente del Foro de Pacientes, dijo que “la adopción de innovaciones no se lleva a cabo de igual manera en todos los centros sanitarios”, además de opinar que el trabajo de la SEOM es “puramente burocrático. No tiene sentido que una decisión requiera un debate en Europa, en las regiones e incluso en los hospitales”.